Galería Urbana, Festival Internacional Cervantino. 2015.
DEL OTRO LADO DEL ESPEJO
El paisaje urbano en Guanajuato Capital es sin duda uno de los más enigmáticos de México, no en vano elegido por miles de personas al año como uno de los principales sitios turísticos del país. Hasta para aquellos que solemos transitar sus calles, caminando, y conocemos como nuestros los enclaves que otros han deseado siempre descubrir y visitar, es común encontrar sorpresas cuando se cambia el punto de perspectiva. La belleza acumulada en capas de más de cuatrocientos años se presenta como caleidoscopio al ojo observador, incluso cuando apenas se mueve un par de metros hacia un costado. ¿Percepción es realidad…?
Paulina Gómez tiene ya una larga trayectoria explorando los derroteros de la percepción, aquello que aparece ante nuestros ojos en su obra ofrece siempre un rango amplio de lectura al ojo del interprete observador que pase de la primera impresión. En esta ocasión, ha optado por la instalación de cinco espejos, de factura diversa, como un juego lúdico con el paisaje más representativo de esta ciudad, en una invitación franca al descubrimiento reflexivo de aquellos formatos paradigmáticos de la otrora tarjeta postal, revelados al ácido en el inconsciente colectivo, aparentemente perenes.
Los espejos regularmente nos devuelven la propia imagen ya familiar, pero ¿podemos en verdad saber quién es el extraño que nos mira a los ojos? Bajo la teoría de que el “otro” es el que nos contrasta la mirada para dejarnos descubrir quienes somos, Paulina nos sugiere, en este caso, que ese “otro” sea la ciudad, Guanajuato, que con los ojos bien abiertos y desde una perspectiva divergente nos permita descubrirnos a nosotros mismos en la realidad fantástica de una mirada (i)reflexiva. Reconocer aquello que creemos asumido.
Bajo el influjo de un horizonte trasladado, el transeúnte y la ciudad se desconocen…para volverse a mirar plenamente conscientes del punto de horizonte desde el que se interpretan, desde el que se descubre que todo es una gran ilusión circense, que lo que vemos y conocemos, es aquello que se nos permite percibir y aprehender, y por lo tanto creer como realidad…que será necesario virar, dar algunos pasos hacia un costado, alejarse y acercarse, cerrar los ojos y volver a enfocar, para terminar concluyendo que no podemos conocer del todo aquello que resguarda las finas capas de un misterio.
Tras el encuentro, aquel que se mira del otro lado del espejo muy probablemente permanecerá siendo un enigma, más será uno distinto, al igual que el Guanajuato que nos envuelve y se desvela. Y será necesario revisitar, a través del espejo, para sorprendernos de nuevo con ese “otro”, y con la fascinación que nos produce que bajo esa segunda o tercera mirada…ya nada sea lo que parece. Percepción es realidad.