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Filigrana, Festival Internacional Cervantino. 2013.
Museo de Arte Olga Costa- José Chávez Morado, Guanajuato, Gto. 

ESCULTURA EN ACERO

Conocida más por sus exposiciones como pintora, Paulina Gómez nos muestra ahora un conjunto de esculturas elaboradas en acero inoxidable y acero al carbón, las cuales bien pueden considerarse producción de una etapa intermedia en su trayectoria artística hacia la escultura monumental.

 

De nombre Filigrana, tales piezas son consideradas por Paulina como una maqueta fruto de un proceso de experimentación que ha de conducirle hasta llegar a ocupar con su producción escultórica -en una fecha no lejana-, algún parque, plaza u otro espacio público en donde pondrá a su obra en contacto permanente con la gente, con cuanta persona pueda apreciarla, pues para eso desde ya trabaja, para compartirla luego abiertamente.

 

Nos encontramos entonces, con el fino resultado de una larga entrega laboral avivada por una visión de futuro cultivada con un admirable entusiasmo infundido sí, por una energía que, sin dejar de ser vibrante, es sostenida por una intimidad que ahora se abre aquí, en el Museo de Arte Olga Costa – José Chávez Morado.

 

Así, quienes frente a las esculturas de Paulina pausadamente perciban la delicadeza con que fueron modeladas por sus manos, de pronto habrán de sentirse atraídos por esas sus formas que nos parecen inaprehensibles y lo son, pues no tienen fin, por ser inacabadas, pensadas así para atrapar la atención, para retener en diálogo a quien sin prisa les observe, examine, contemple, acaricie con su mirar.

 

Por eso en el montaje museográfico de Filigrana la iluminación pretende facilitar a cada persona que contemple una escultura, que pueda gozarla de diferentes maneras, según las múltiples perspectivas o puntos de vista que rítmicamente escoja. Goce lúdico pues, que para darse exigirá del observador mover libremente su cuerpo en torno a la pieza, subiendo o bajando la cabeza, alejando o acercando el rostro según los espacios cóncavos o convexos, imaginando que con el ritmo que da a dicha dinámica al seguir con la mirada las líneas del contorno, bien puede aspirar a gozar también, a la vez, tal danza.

 

Las escultura de Paulina invitan a la interacción; así habrá quien sobre una sola pieza imagine hacer docenas de disparos con su cámara fotográfica para componer luego con los detalles captados un collage que concrete la abstracción ya en la escultura contenida. Y no faltará quien dedicado a hacer música, adquiera una o varias esculturas para producir con ellas y su computadora, imágenes sonoras.

 

Y los niños, los públicos infantiles, mucho podrán disfrutar jugando a encontrar imágenes contendidas en las esculturas como a veces lo hacen con las nubes… para luego iniciar con sus lápices y cuadernos su experiencia como dibujantes. No será difícil escenificar con ellos en el museo momentos de felicidad.

 

Lic. José Manuel Solórzano Vázquez.

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